Sabemos que todas las personas reaccionamos diferente a situaciones estresantes, y una epidemia infecciosa como la que vivimos en la actualidad, junto al distanciamiento social, la cuarentena y el aislamiento, es claramente una. Por lo que es normal que muchas personas puedan experimentar ansiedad, preocupación, miedo y angustia.

Es por esto que en Tu mente importa te traemos algunas recomendaciones para que tu salud mental pueda estar lo más estable posible en este aislamiento.

  1. Recuerda la razón de tu aislamiento.

Tener en mente que el aislamiento que estás viviendo es por un bien común y propio, puede hacer que recuerdes que es una medida que viene desde el amor y así te sea más llevadera.

  1. Infórmate solo de fuentes oficiales.

Saturar tu mente con información desde todos lados, y muchas veces de fuentes no oficiales, solo te genera estrés y angustia. Por lo mismo informarte según estimes conveniente de fuentes oficiales es la mejor opción.

  1. Mantén contacto virtual con tus personas más cercanas, sin necesidad de obsesionarse con ello.

Mantener tus vínculos de apoyo te ayuda a desestresarte y mantenerte saludable, por lo que es bueno hacerlo. Ahora bien, no es necesario que te obsesiones con ello y quieras estar 24/7 en conexión con alguien.

  1. Aprovecha de profundizar relaciones interpersonales.

Puedes usar tu tiempo libre para afianzar vínculos, ya sea con tu familia, amistades o pareja.

Recuerda que siempre podemos seguir conociéndonos.

  1. Comienza nuevos proyectos.

No es necesario que inicies el mega proyecto de tu vida, pero puedes usar este tiempo para tener nuevos hobbies, retomar pasatiempos, u organizar ese proyecto que tanto has pensado.

  1. Recuerda proponer otros temas de conversación.

Está bien exteriorizar lo que estás sintiendo con el contexto actual, pero recuerda de vez en cuando hablar sobre otros temas. Esto puede ayudar a que tú te distraigas, así como también la persona con la que converses.

  1. Distingue si tu preocupación es útil o no.

Es normal preocuparnos por lo que está pasando, pero a veces ponemos mucho tiempo en pensar cosas cuyas soluciones no están en nuestras manos, y solo se convierten en un estresor sin salida.

  1. Sé amable y da el ejemplo.

Sigue las recomendaciones sanitarias, y recuerda que la forma en que se las comunicas a otros rangos etarios (ej. niñxs) debe ser diferente y empática.

  1. Conecta contigo.

Toma este tiempo como una oportunidad para sanar heridas internas o resolver asuntos pendientes.

Además destinar tiempo especial para reforzar tu amor propio nunca está de más.

  1. Pon límites y valida tus emociones.

Es normal tener una avalancha de emociones con lo que está pasando. Acéptalo y vívelo, todas las personas tenemos diferentes formas de tratar con los problemas y la tuya es simplemente otra forma más.

  1. Sigue con tu vida normal en la medida de lo posible.

Te puede ayudar establecer un plan diario, de actividades simples, que puedas seguir para crear una especie de rutina y mantener tu vida en un orden no tan diferente al habitual.

  1. Elige un lugar en tu casa que sirva como espacio seguro.

Establecer un espacio en tu hogar en el que puedas estar cuando pases por momentos malos, te puede ayudar para sentir que tienes un lugar seguro dentro de todo.

  1. Reconoce que las redes sociales pueden ser disparadores de ansiedad.

Evita creer en todos los mensajes que ves. Controla los periodos de revisión de tu celular, y evita la dependencia informativa.

  1. Aprenda a diferenciar entre un episodio de ansiedad y un ataque de pánico.

Estos últimos, u otros malestares que tengas, pueden significar la necesidad de chequear tu salud mental, incluso si la situación de riesgo pasa.

  1. Mueve tu cuerpo.

Esto será vital para mantenerle sano, y te sacará la carga de solo estar en el mundo de las ideas.

  1. Vive un día a la vez.

 Te ayudará a reducir la tensión y la incertidumbre producida por preguntas que buscan encontrar respuestas que todavía no está disponibles.

  1. Evita quedarte en la cama todo el día.

Levántate, estira tu cuerpo, báñate, ordena el lugar donde estás pasando la mayor parte de tu tiempo, y trata de evitar quedarte en tu cama sobre pensando cosas.

  1. Afronta tus principales preocupaciones.

Hacer una lista de cuáles son tus preocupaciones, y ver una a una cómo las puedes solucionar te puede dar más calma que ignorar todo, o por el contrario querer solucionar cosas mayores.

Mantén la calma, y recuerda que esto va a pasar.



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