Al principio no creímos relevante comentar nuestra postura sobre lo que está pasando en Chile, porque al ser una cuenta con poca interacción pensamos no sería necesario.

Sin embargo, desde nuestras cuentas privadas vimos lo que compartían otras personas, y encontramos cuentas chilenas, relacionadas a la salud mental, ignorando lo que ocurría. Algunas otras apelaban a parar con la violencia pero nunca mencionando a las víctimas, que hoy contemplan hasta muertes, e incluso encontramos publicaciones que indicaban que el pasado no importa, sino hacia donde vamos.

Por lo mismo creemos necesario hacernos presentes sobre la situación, porque desde que comenzamos este proyecto fuimos conscientes de que proteger nuestra salud mental no es inventarnos un mundo, en el que se ignoran las cosas difíciles de ver.

Sí, estamos en contra de la violencia que actualmente vive el país, porque es insólito que en democracia un Presidente decida sacar a los militares a la calle. Es insólito que una región de Chile cumpla cuatro días consecutivos pasando sus noches en toque de queda

Es insólita la violencia que el Estado está ejerciendo sobre la ciudadanía. Es insólito que los medios de comunicación hegemónicos vuelvan a estar del lado de quienes violan DD.HH, y no de la ciudadanía a la que deberían informar. En fin, hay una larga lista de cosas insólitas que creemos importante no ignorar.

Por lo mismo no le bajaremos el perfil a lo que está pasando, hay demasiadas formas en que esto nos afecta, y por ende demasiadas formas desde las que podemos agregar un granito de arena. E ignorar lo que ocurre no es una de ellas.

Somos totalmente conscientes de que esto no comenzó con el alza del pasaje, que por cierto es igual al de países europeos cuando nuestro sueldo mínimo es la mitad del que ganan allá. Sino que sabemos surgió desde un descontento social que existe desde hace décadas.

Hemos escuchado a personas criticar que las manifestaciones tienen un carácter político, con colores políticos. Personalmente, si estas tuvieran un  carácter cultural, económico, o intergaláctico, (que de todas formas también sería político, porque todo es político), nunca bajaríamos la importancia a la discusión, si esta carga con muertes y violaciones a los DDHH.

Por otra parte, también sabemos que desde el momento en que los militares salieron a las calles, toda una generación revivió una época horrible, dolorosa y con una herida que ningún gobierno desde el retorno a la democracia fue capaz de cicatrizar. Si a eso le sumamos toda la impotencia y horror que están viviendo por primera vez otras generaciones, seríamos demasiado ingenuas si creyéramos que esta es una lucha en la que no nos deberíamos involucrar.

No haremos un llamado obligado a la paz si esta significa ignorar todas las vejaciones que está viviendo Chile en este momento. No lo haremos, porque mientras en democracia estén los militares asesinando, torturando, y violentando a las personas con consentimiento del gobierno, no podrá existir paz.

Las personas que acudimos a terapia sabemos que si sólo ignoramos los problemas y/o traumas que nos afectan, los acumularemos y ocultaremos, pero no desaparecerán. Lo mismo pasa en la historia, y seríamos incapaces de llamar a olvidar el pasado del país cuando sabemos que un pueblo que no aprende de su historia está condenado a repetirla.

Finalmente, intentaremos aportar lo que más podamos desde nuestras condiciones. Y esperamos pronto tener, como mínimo, un trato digno como país, con autoridades responsables, y con la evolución que deberíamos haber obtenido desde hace 30 años.

 Con cariño y sinceridad, Tu Mente Importa.

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